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Índice del artículo

Introducción

El A.L.C.A. es un acuerdo impulsado por EE.UU. Pretende asegurar la libre circulación de las mercaderías y el capital desde Alaska a Tierra del Fuego. La actuación de la Asociación de Empleados de Farmacia en la vida argentina solo puede comprenderse con una visión amplia del país, se inserte en su conflictivo presente y, finalmente, se proyecte en su anhelado futuro de libertad y justicia para todos sus habitantes.

Ya en los comienzos del sindicalismo argentino se perfilaron, con las limitaciones propias de su circunstancia histórica, dos grandes líneas directrices: el anarquismo y el socialismo. Sin entrar a considerar los matices que le dieron color a cada una de ellas, esas dos vertientes configuraron distintos modos de ver, de sentir y de enfrentar la realidad: combativa, revolucionaria y hasta intransigente la primera; negociadora, reformista y también condescendiente la segunda.

La evolución del mundo y de la sociedad argentina termino con aquellos rótulos y estructuras, pero no con esas dos actitudes. En la Argentina continuo existiendo un sindicalismo batallador y otro complaciente. Estas dos alas se incorporaron al gran movimiento nacional de liberación sin perder por ello sus características vitales. Naturalmente, también lo hizo la Asociación de Empleados de Farmacia retomando en sus concepciones y en su actividad cotidiana la mejor tradición del sindicalismo combativo, comprometido en la permanente defensa de los intereses de la clase trabajadora.

Para entender los verdaderos alcances de este proceso resulta imprescindible referirse al significado del movimiento nacional en la sociedad argentina. La Argentina, como todos los países latinoamericanos, soporto desde su constitución como nación independiente la influencia política, económica y cultural de los países metropolitanos. En el siglo pasado y en buena parte del presente fue Gran Bretaña la que urdió la trama colonial; después crecería la influencia de los EE.UU. hasta reemplazar casi totalmente a la vieja potencia dominante. Pero con uno u otro dominio, el drama argentino siguió siendo el mismo: la dependencia, el estancamiento económico y la injusticia social. En suma, la Argentina no escapo al irreversible deterioro que ha producido el colonialismo y el imperialismo en todo el Tercer Mundo.

En el siglo pasado, los ejércitos populares de San Martín hicieron la Independencia; el gaucho Rivero y un puñado de paisanos se alzaron en las desoladas Malvinas contra el usurpador británico; y los caudillos federales detuvieron casi a mano limpia las ambiciones de las potencias colonialistas europeas. En el curso de este siglo, el yrigoyenismo recupero esa tradición nacional, incorporo a su seno a vastos sectores populares y peleo por sus derechos políticos, por su dignidad nacional y por una autentica política latinoamericana. Este movimiento de las fuerzas populares no alcanzo a ser comprendido por los partidos de filiación marxista ni por otras agrupaciones de una u otra forma ligadas al sistema de dominación. Ninguno supo darle respuesta a las aspiraciones populares, al sentimiento antiimperialista que latía - y late - en las grandes mayorías nacionales, y a la necesidad colectiva de labrar la grandeza del país dentro de los marcos de la justicia, la democracia y el bienestar de todos los argentinos. Fue necesario que irrumpiera el peronismo en la vida nacional para que el pueblo encontrara su expresión mas justa en las propuestas básicas del general Perón: Soberanía política, independencia económica y justicia social. Estas eran las genuinas aspiraciones de la mayor parte de los argentinos, por eso se volcaron masivamente tras las banderas enarboladas por el peronismo. En un país postrado social y económicamente, con toda su riqueza enajenada a los capitalistas extranjeros y al servicio de ellos, con sus derechos políticos suprimidos por un sistema de gobierno que había hecho del fraude electoral y de la corrupción administrativa su estilo de vida, con una legislación laboral que era letra muerta y que en la realidad se traducía en la mas flagrante injusticia social, con agrupaciones políticas y gremiales que no atinaban a ofrecer soluciones reales y se esterilizaban en interminables conciliábulos y negociaciones, no puede sorprender a nadie que el advenimiento del peronismo convocara multitudes y le cambiara la cara al país en diez años de fecundo gobierno.

En esos años el pueblo conoció una prosperidad que ni siquiera había imaginado. Las estadísticas conservan en cifras ese bienestar colectivo, y sobre todo lo guardan los argentinos que vivieron aquellos años. La derrota nacional y popular de septiembre de 1955 puso al pueblo en una nueva encrucijada histórica. Muchos hombres jóvenes se encontraron frente a una difícil realidad. Tuvieron que apelar a su valor, a su imaginación y a su decisión para enfrentarla. En esta circunstancia de luchas y rebeldías surgieron gran parte de los actuales dirigentes de la Asociación de Empleados de Farmacia. Embanderados en las concepciones esenciales del movimiento nacional, representado mayoritariamente por el proscrito peronismo, partieron de ellas para ir elaborando en su practica diaria una ideología coherente y concreta, porque supieron despreciar las abstracciones ideológicas supuestamente revolucionarias y la adecuadas a la realidad nacional, sin preocuparse por esquemas o modelos extranjeros que, aun cuando pudieron ser aptos en sus países de origen, no eran idóneos para resolver la problemática argentina.

Así, la Asociación de Empleados de Farmacia a través de la acción de sus dirigentes, en especial su Secretario General, Jorge F. Di Pascuale, adscribió a un peronismo nacionalista y revolucionario en lo político, y cristiano en lo filosófico, definido no a partir de preconceptos o de falsas idealizaciones, sino por contener y expresar a la clase trabajadora. Y aquí tampoco caben espejismos o teorías. Si la Asociación eligió este camino no es por una pose ideológica, sino porque pertenece a la clase trabajadora, porque sabe que el único sector social que jamás estuvo corroído por las miserias de la venalidad y la corrupción fueron los trabajadores y que solo a partir de su proyecto histórico se puede construir una sociedad justa, con una equitativa distribución de la riqueza, única forma de erigir una Nación libre, fuerte y orgullosa de su destino, en la que ya no tengan cabida las doctrinas importadas que mientras predicen el liberalismo económico a ultranza, para enriquecer a los capitalistas extranjeros, propugnan el autoritarismo político y cierran los ojos a las peores violaciones de la persona humana hasta negar los principios básicos que deben regir una convivencia civilizada.


El mayor intento colonial para nuestros pueblos

La reciente Cumbre presidencial de Québec, Canadá, puso en evidencia las dos caras de la realidad en un mundo dividido por la desigualdad, la injusticia y los límites que imponen los suburbios de la miseria. Afuera estuvo el mundo real, los que reclaman verdad y justicia, y adentro los que no están dispuestos a escuchar voces, los líderes del fundamentalismo del mercado y muchos gobernantes sumisos, entre los 34 dirigentes de las distintas naciones que concurrieron. El muro levantado para repudiar la sede de la reunión y la represión policial fueron más reveladoras que todas las palabras.

Afuera y muy lejos, también estuvo Cuba, separada por los ideologísmos impuestos por una potencia, cuyo gobierno actual augura tempestades para el mundo. Crear una zona de libre comercio entre Alaska y Tierra del Fuego, bajo el mandato único de la potencia hegemónica no augura ni libertad ni comercio justo para un mercado de 800 millones de personas y generador de un tercio del Producto Bruto Mundial (PBI). Por esa misma razón, los rebeldes del mundo que se mostraron en Seattle, en Davos, en Porto Alegre, como una integración de voces comunes y diversas, se muestran dispuestos a luchar por la justicia en el mundo.   

En 1994, en Miami se realizó la primera cumbre de las Américas. Pero el Congreso le negó al entonces presidente W. Clinton, la autoridad para avanzar en las negociaciones, a pesar de que se le había concedido a todos los mandatarios desde Nixon en adelante, revelando la autorización del A.L.C.A. para el manejo sucio de la política de Estados Unidos. Los republicanos, ahora en el poder, que jugaron todo tipo de cartas para frenar la iniciativa de Clinton, inmediatamente de asumir George W. Bush, después de las escandalosas elecciones de fines del 2000, ya anunciaban que querían adelantar la fecha para el 2003. Todo en sintonía con las medidas tomadas en el ámbito internacional, que están llevando nuevos desequilibrios, carreras armamentistas y sueños de dominio imperial, sin límites.

A lo largo de los años '98 y '99. Los llamados “rebeldes antiglobalización” lograron un gran triunfo al concienciar al mundo sobre los alcances del acuerdo Multilateral de Inversiones (AMI), que proponía abolir incluso las justicias locales y con ello las soberanías, para institucionalizar ya el gobierno de las grandes corporaciones. La lucha y concienciación frenó a la Organización Mundial de Comercio (OMC) que acaricia aún la posibilidad de imponer el AMI. Y también, de alguna manera, desnudó la trama oculta de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y demostró que es imposible continuar por este camino, ya que las contradicciones que están surgiendo muestran los límites del brutal modelo impuesto. 

De hecho se logró rechazar la fecha del 2003 para encerrarnos en el A.L.C.A., pero se tomó compromisos para principios del 2005. Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado, sostuvo el 9 de marzo que “no consideraba una derrota” el hecho de que no hubiera sido aceptada la sugerencia de Bush de adelantar el A.L.C.A., al encontrar oposición en varias naciones. Frente al cepo de A.L.C.A. se levantan las integraciones regionales, como el mercado común del Sur (MERCOSUR), que con todas sus diferencias lucha desde 1991 por unir comercialmente a la región. Este proyecto ha tenido también sus caballos de Troya, enviados desde Washington, es decir, gobiernos que aparentan jugar a favor y lo hacen en contra, como hizo Carlos Menem, que varias veces estuvo a punto de hacer naufragar la difícil unidad. Ahora también, el ministro Domingo Cavallo habla de “saltear” el MERCOSUR, como si en esto nos diera beneficios hacia el futuro.

El gobierno actual navega en ambigüedades. Por una parte sostiene que su prioridad es el MERCOSUR y por la otra juega posiciones de continuidad con las “relaciones carnales” del pasado gobierno. En la cumbre de Québec, fue el presidente Fernando De La Rúa el que presentó la curiosa fórmula de la cláusula democrática, que dado como entiende Estados Unidos la democracia puede interpretarse como otra mano apretando el cuello de los pueblos de la región. La llamada “cláusula democrática” apunta que “cualquier alteración constitucional o la ruptura del orden democrático en un estado del hemisferio es un obstáculo insuperable para la participación del gobierno de ese estado en el proceso de la Cumbre de las Américas”. ¿Qué es una alteración constitucional para el sistema? Los gobiernos nacionales que administran el país por decreto, violan normalmente la Constitución. Los presidentes que asumen el poder, elegidos por un programa y una plataforma política, que después es desconocida, olvidada y traicionada, violentan la voluntad popular de la misma manera que lo hace un dictador. La imposibilidad de que nuestro Congresos puedan votar leyes favorables a nuestros pueblos y su bienestar, es más que obvia. Allí están los gendarmes del mercado con sus chantajes para impedirlo. En Québec, el único presidente que se atrevió a patear el tablero fue el venezolano Hugo Chávez, “yo creo que la amenaza a las democracias en América Latina y el Caribe, no son los golpes de Estado ni los movimientos conspirativos, sino el hambre y la miseria” dijo y sostuvo que la fecha para poner en marcha los acuerdos, y además el contenido de los mismos, debe ir al plebiscito como corresponde a una democracia participativa y no representativa.

Los objetivos de Washington son muy precisos: adelantarse a posibles alianzas comerciales entre Europa y América latina, doblar la mano de todo el que se ponga en su camino, como Brasil. Con el A.L.C.A. se aseguran, además el control de todo intercambio comercial, absolutamente favorable a sus intereses y profundamente desigual como ya es la imagen de ahora en términos de valor agregado entre lo que vende y lo que compra. En el ínterin, las deudas externas se disparan a cifras impagables. El final es apocalíptico para América Latina, sino se pone de pie a tiempo. Pero también hay que analizar las contradicciones que ese poder desmedido está creando hacia propio interior y en las relaciones mundiales. En el ambiente del “libre mercado” jamás se preguntan sobre el origen de los fondos, ya que solo cuentan cifras. Y en acumulación de cifras nada mayor que las ventas ilegales de armas, drogas o tráfico de personas. Como concluyeron los delegados de distintos países que se reunieron en las calles de Québec, difícilmente pueda existir libertad de comercio. Y menos aún negociando con los dueños del capital mafioso, que actúan con los mismos elementos de la mafia e impiden gobernar a los mejores, tomando como rehenes a nuestros pueblos. Por eso hubo fuertes advertencias a otros sectores.

A principios de abril, la Federación de la Industria de San Pablo, Brasil (FIERSP) advirtió que “una nueva apertura precipitada de nuestra economía podía llevar a buena parte de nuestras empresas nacionales a la bancarrota”. Y en el mismo sentido se expresaron algunos grupos empresariales en la Argentina señalando que, “de acuerdo a como se realicen las negociaciones en el A.L.C.A., esto puede llevar a la muerte a las industrias nacionales”. Y por supuesto, ni mencionar como “un concepto relativo”. Es cierto, la soberanía es un concepto relativo para los colonizados, pero para los colonialistas tiene una interpretación diferente. Para ellos, la soberanía de sus países es intocable y además está apoyada en el derecho y la expansión territorial. Todo eso está detrás de la oferta del A.L.C.A., y será responsabilidad de nosotros que caigamos en el pozo colonial que nos proponen.


 ¿Porque no al A.L.C.A.?

  1. ¿Que es el A.L.C.A.?
    Es un acuerdo impulsado por EEUU. Pretende asegurar la libre circulación de las mercaderías y el capital desde Alaska a Tierra del Fuego. Pretende asimismo lograr el control de las economías de los países de todo el continente. Expresado así podría creerse que el A.L.C.A. aportaría algún beneficio a nuestros pueblos, si esto fuera cierto;

    ¿Por qué se negocia a espaldas del pueblo y del parlamento?

    ¿Por qué se negocia en secreto con los respectivos gobiernos (Poder Ejecutivo, algunos ministros y representantes de las grandes empresas? Tratemos de aclarar estos puntos.
  2. ¿A quienes beneficia el A.L.C.A.?
    En primer lugar a los EEUU o más precisamente al gobierno y a los grandes grupos económicos de ese país pero no a todo el pueblo norteamericano pues sus trabajadores y desempleados, los inmigrantes latinos, los negros pobres, los sin techo y otros sectores resultan perjudicados con este tipo de acuerdos.  EEUU necesita el A.L.C.A. para solucionar sus problemas económicos y satisfacer su ambición de DOMINAR a cualquier precio al resto de América Latina y el Caribe, para asegurarse un mercado sin limitaciones como podrían serlo las medidas de protección de la industria y la producción nacional por parte del resto de los países. El A.L.C.A. propicia la libre circulación de mercaderías sin aranceles ni otras trabas aduaneras pero no asegura la libre circulación de personas por ejemplo de trabajadores que quieran o necesiten ir a trabajar a otros países. Por el contrario EEUU esta interesado en restringir las migraciones de trabajadores.

    Nosotros tenemos el 4% de la población mundial y contamos con el 22% de toda la riqueza. Si queremos mantener esa franja de riqueza necesitamos vender para ese 96% restante de la población" Bill Clinton

    No quieren competidores en toda la región, si se firmara el A.L.C.A. también eliminarían la competencia de los productos europeos o asiáticos. El A.L.C.A. no es un proyecto de libre comercio sino una pieza fundamental del proyecto norteamericano de dominación y saqueo de nuestros recursos naturales y humanos. Cuentan para ello con la complicidad de gobiernos corruptos y socios locales.

    Si se firmara el A.L.C.A. atentaría
    • contra la soberanía
    • contra los derechos y las conquistas sociales
    • contra la tierra y los recursos naturales
    • contra el medio ambiente
    • contra la vida de nuestros pueblos

    No es un proyecto de integración, sino un intento en marcha por culminar la anexión imperial. Nosotros pensamos que otra verdadera integración es necesaria y posible. Una integración no solamente   comercial sino que abarque todos los aspectos económicos, sociales y culturales, una integración que tome en cuenta y respete la soberanía nacional los intereses populares y la identidad de nuestros pueblos y naciones, unidos históricamente en el anhelo de justicia y libertad.

  3. ¿Cómo se ha preparado el terreno para el A.L.C.A.?  
    Es una larga  historia de injusticia y dependencia, que se acentúa con la dictadura militar de 1976/83. Como hemos dicho otras veces fue necesario el genocidio de treinta mil hermanos nuestros desaparecidos, para quebrar la resistencia de nuestro pueblo e implantar el modelo neoliberal que desde entonces padecemos. Modelo de infinitos ajustes a costa del hambre generalizada el desempleo la exclusión social la penuria de viviendas, la negación del derecho a la salud, la educación y la seguridad social para millones de argentinos. Modelo de privatizaciones, mediante las cuales entregamos YPF, Aerolíneas, Gas del Estado, el servicio de agua potable las empresas telefónicas, los ferrocarriles y subterráneos, los aeropuertos. Perdimos nuestro patrimonio sin ningún beneficio cambio.

    Se instalaron grandes represas que destruyeron el equilibrio ecológico y la biodiversidad. Miles de hectáreas fueron desmontadas para desarrollar cultivos de exportación que utilizan agro tóxicos en gran escala. Se abrió paso a la proliferación de transgénicos y semillas híbridas. La deforestación de grandes extensiones lleva a la desaparición de más del 80% del bosque nativo. Si se firma el A.L.C.A., estos y otros problemas se agravaran.

  4. ¿En que se fundamenta y que propone el A.L.C.A.?
    El A.L.C.A.  representa un plan de apropiación de lo que producen nuestros pueblos. Busca convertirnos definitivamente en consumidores de los productos del norte y proveedores de recursos naturales y materia prima o bienes manufacturados de bajo valor agregado. Pretende imponer normas que elimina la capacidad de control de cada país, de cada estado - nación sobre las actividades de los inversores extranjeros. Las ventajas son siempre para estos, los grandes problemas y desventajas para la pequeña y mediana empresa nacional y el resto de la población. Pretende fundamentarse entre los derechos del mercado

    "El derecho a la mayor ganancia de los grandes capitales a costa del saqueo de las riquezas naturales y la explotación de los seres humanos.

    “Igual trato para una pequeña empresa y para una gran transnacional (alegan que dar apoyo o proteger a la pequeña o mediana empresa nacional significaría discriminar a la gran corporación transnacional. Aunque todos sabemos que trato igual entre desiguales solo puede conducir a más desigualdad e injusticia.

    Cualquier norma de protección a la industria y la producción agraria nacional aplicada por los países de la región podría ser considerada por las grandes empresas transnacionales como discriminatoria y estas podrán someter a juicio a esos Estados nacionales, juicio que serian resueltos por tribunales internacionales y no en el ámbito de la justicia nacional. Con la supremacía del mercado se pierden los derechos fundamentales de las personas, de los trabajadores en particular.

    La instalación del A.L.C.A. agudizara
    • La precarización y flexibilización del trabajo
    • La desregulación del mercado financiero
    • La libertad de los grandes grupos económicos de ahogar a la pequeña y mediana empresa.

    Todos los derechos para los grandes capitales sin que el Estado puede regular o establecer derechos nacionales. Los grandes capitales (inversores, monopolios)podrán chantajear - en una América latina sin barreras aduaneras - con irse a otro lugar don puedan pagar menores salarios y tengan mas libertad para deteriorar el medio ambiente, etc., imponiendo así la generalización de los salarios más bajos y las normas más favorables para ellos.
  5. ¿Que paso en México y Canadá que firmaron en 1994 el TLCAN? 
    (Tratado de libre comercio de América del Norte, o NAFTA según su nombre en ingles) 

    Algunos datos solamente, aunque habría muchos más:

    MÉXICO: después de ocho años de haberlo firmado tiene una pobreza nunca antes vista, la mitad de la población vive en la pobreza y el 20% en la indigencia. Bajaron los salarios y aumento la carestía. Fueron destruidas decenas de miles de puestos de trabajo. El trabajo informal abarca el 50% del empleo actual. Creció fuertemente la deuda externa y la dependencia de la economía mexicana respecto de los EEUU. En el Estado de Guerrero se desmontaron el 40% de las selvas.

    Ha aumentado dolorosamente el trabajo infantil en terribles condiciones de desprotección e insalubridad. La incapacidad de poner limitaciones a la explotación de los recursos naturales renovables determina que se experimente un verdadero saqueo de los mismos. Por Ej. Canadá tiene que enviar a EEUU el 55% de la producción total de gas, aunque en Canadá lo necesiten. Algo semejante sucede con el petróleo tiene que enviar a EEUU 1.3 millones de barriles diarios, siendo que la producción de Canadá es de 2.3 millones diarios. En Estados Unidos muchos miles de trabajadores han perdido sus trabajos por el cierre y traslado de grandes empresas en búsqueda de mayores ganancias en otros lugares.
  6. ¿Afectaría nuestra vida cotidiana?
    Sí y muy gravemente. Actualmente los gobiernos suministran servicios de salud de educación, de jubilaciones, asistencia social para gran parte de la población. No lo hacen con fines de lucro sino en función del bien común, debiendo cuidar especialmente a quienes tienen menos recursos económicos. Para las grandes empresas todos estos servicios se convierten en una mercancía que pueda dar muchas ganancias. Eso si atendiendo solamente a quienes pueden pagar, eso ya lo  vemos hoy con la medicina prepaga, con las AFJP.

    Si se firmara el A.L.C.A. los gobiernos perderían la posibilidad de seguir prestando servicios gratuitos, los pobres resultarían excluidos del derecho universal a la salud y la protección social, quedando limitados a una asistencia precaria y a veces inalcanzable. La Ley de patentes que ya nos perjudica, haría aun más difícil conseguir medicamentos. La salud se perjudicaría además de la proliferación de alimentos transgénicos sin ningún control. La competencia de las grandes empresas acabaría con los medianos y pequeños productores. El A.L.C.A. afectaría también los derechos de los pueblos aborígenes o indígenas  se verían afectados en sus derechos a la tierra, a su identidad y su cultura.
  7. ¿Integración con soberanía o libre comercio con dependencia?
    Si de aprueba el A.L.C.A. predominara sobre todos los otros acuerdos de integración existentes hasta el momento lo cual incluye al MERCOSUR. Sobre el MERCOSUR  hay distintas opiniones pero la mayoría esta de acuerdo en que hasta ahora ha dado pocos resultados. El MERCOSUR podrá servir si se lo recrea desde una perspectiva mas integral y solidaria que no se reduzca al comercio sino también a otros aspectos económicos sociales y culturales, si como tal se orienta a la integración de América Latina y el Caribe.

    Consideramos imprescindible plantear la necesidad urgente de una ruptura completa con el sistema de dominación actual y aceptar en su lugar él desafió de una integración y una globalización basada en los valores del respeto a la diversidad cultural y nacional de los pueblos y a la colaboración solidaria entre ellos.
  8. ¿Lucharemos solo contra el A.L.C.A.? 
    El A.L.C.A. es un eslabón más de un plan integral de dominación que incluye el mecanismo de la deuda externa, las imposiciones del FMI, el Plan Colombia  y la invasión cultural.

    La DEUDA EXTERNA ilegitima, inmoral y odiosa que ha sido pagada con creces es mucho más que una cuestión económica, es un tema político, un instrumento de dominación mediante el cual más pagamos, mas debemos, menos tenemos y más esclavos somos.

    La MILITARIZACION CRECIENTE , con la expansión de bases militares extranjeras en todo el continente, los operativos militares conjuntos (como el Operativo Cabañas y el Fluvial V realizados en Argentina) con la aplicación del Plan Colombia, el Plan Andino y el Plan Puebla Panamá es una pieza clave de este plan integral de dominación.
  9. VIDA SI, A.L.C.A. NO, otra integración de América es posible.
    Desde 1998 organizaciones sociales, políticas y culturales nacionales y regionales, grupos ecologistas, de derechos humanos, de solidaridad, movimientos de campesinos, indígenas y mujeres, iglesias cristianas y otros grupos religiosos se han venido pronunciando contra el A.L.C.A... Lo han hecho también el Foro Social Mundial de Porto Alegre (2001-2002) la Alianza Social Continental , el Encuentro Hemisférico contra el A.L.C.A. (La Habana 2001), Jubileo Sur Ameritas.

    Sé ha lanzado una Campaña Continental contra el ALCA. y existe una Convocatoria a Jornadas de Resistencia Continental que tendrán lugar en Quito, Ecuador el 27 de octubre al1 de Noviembre de 2002, con motivo de la Reunión de Ministros de Comercio que avanzara en las negociaciones para el ALCA.
  10. Campaña contra el A.L.C.A. en Argentina
    En Argentina se ha  construido en abril del 2002 una auto convocatoria contra el A.L.C.A. que reúne a organizaciones y movimientos sociales, políticos, culturales y religiosos, asambleas populares y grupos piqueteros que desde entonces se vienen reuniendo y delineando una agenda común de actividades de análisis, difusión, capacitación, articulación y movilización en todo el país con vistas a culminar en una Cumbre de los Pueblos que tendrá lugar en Buenos Aires en abril del 2003,fecha en que se había anunciado la realización de la IV Cumbre de las Américas donde 34 gobiernos del continente ( todo menos Cuba) aprobarían el texto del A.L.C.A.

    La Auto convocatoria permanece abierta para la integración de los interesados.

ASOCIACION DE EMPLEADOS DE FARMACIA